Cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo le rogó que fuera a comer con él. Entrando, pues, se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: «Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Necios! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros».
«Reverie» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons